Poné en práctica lo aprendido

Ejercicio 1: Agradezco por…

En el día a día vivimos en automático, dando por asentado varias cosas de nuestro entorno y le damos valor, nos detenemos cuando algo nos hace mal
hasta el punto de no valorar todo lo demás.

Lo que vamos a trabajar esta semana es poder detenernos en lo que hay en nuestra vida, nuestro entorno, lo que hemos logrado, lo que podemos hacer cada día.

Hacé una lista sobre por lo menos 30 cosas que agradezcas, tomate tu tiempo. Una vez que tengas esa lista, durante la semana recuerda agradecer por esas cosas.

Ejercicio 2: Agradecimiento sincero

Durante una semana realiza un experimento de observación en el que cada día prestarás mucha atención tanto al número de veces que dices gracias
como a la información no verbal de las personas a quienes hayas mostrado ese agradecimiento.

Al finalizar la semana fíjate en si te han transmitido en varias ocasiones que no es necesario que des las gracias tan a menudo y si cuando lo has hecho el
otro ha correspondido aunque sea con un pequeño gesto, o dada la frecuencia con que lo haces, casi ni ha reaccionado.

Si consideras que la frecuencia con la que eres agradecido/a es tan alta que no es percibida por quienes te rodean, piensa en formas alternativas de
mostrar ese agradecimiento, para que genere un impacto en vos, en el otro y en la relación.

Ejercicio 3: Gratitud

Busca un momento fijo del día para reflexionar acerca de algo que te haya gustado de la persona hacia quien quieres mostrar gratitud: puede ser un gesto, una palabra, un acto, un momento especial, algo que hacía mientras ni siquiera se daba cuenta, o algo en lo que has caído en la cuenta sobre él o ella de repente, que no habías percibido antes. Si se te ocurre de repente o lo cazas en un momento dado, anótalo para que no se te olvide.

Elige el soporte que prefieras para dar tu mensaje, y hacele saber cuánto valoras eso que ha hecho o dicho, y lo agradecido o agradecida que estás por
eso. Ponele fecha, y escondelo en algún lugar entre sus cosas, para que lo encuentre en algún momento, cuando menos se lo espere: dentro de una media, un bolsillo de una campera, en una mochila, en su cajón, etc.

En el mejor de los casos, encontrará la sorpresa de manera inesperada y seguro que le saca una sonrisa. En el peor de los casos, y mientras no la encuentre, el beneficiado o la beneficiada serás solo tú, hasta que puedas compartir esa gratitud.

Esta es una actividad ideal para realizar en pareja, o con alguien con quien se conviva. Para que los efectos sean más potentes se recomienda un mínimo de
una vez a la semana.

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